Ya hablamos de algunos problemas comunes y malas ideas para sitios web hace unos días. Ahora retomaremos el tema para mencionar más de los problemas que hemos visto que son demasiado frecuentes.
Dejarlo a cargo del diseñador
No demeritamos el trabajo de profesionales del diseño gráfico y web. De hecho son una parte esencial del equipo que desarrolla cualquier página en línea. Pero son eso: una parte de un equipo. Es tu responsabilidad saber que no son los únicos responsables.
Necesitas a alguien que se encargue de la estrategia de contenido. También es importante entender que, aunque hay quienes hacen tanto diseño front-end (lo que se ve del sitio al visitarlo) como diseño back-end (programación generalmente de elementos que no se ven, pero son tan importantes como los explícitos), es mucho trabajo para que una sola persona lo haga. Se puede, pero es mejor si tienes a un par de personas trabajando en tu sitio
También requieres hacer pruebas y documentarlas correctamente: para ello tanto tu equipo de diseño, como de contenido participarán, pero también debes hacerlo tú y cuanta gente pueda apoyarte en tu compañía. ¿El objetivo? Hallar errores.
Es un trabajo arduo. Además de que el sitio cargue rápido (menos de 2 segundos) y se vea bien en distintas resoluciones, es necesario verificar que por lo menos:
- Todos los links sirvan (ni un solo error 404).
- Los formularios funcionen.
- No halla texto de pruebas (ipsem lorum).
- Que el contenido es adecuado y todo está en sus respectivas secciones.
- Que sea un sitio responsivo a múltiples resoluciones.
- Que la experiencia de navegación sea clara y agradable.
Olvidarse de CTA
Si quieres que alguien haga algo, díselo. No supongas ni asumas que la gente actuará como lo deseas, aunque te parezca obvio. Por lo tanto si quieres ofrecer a alguien un contenido descargable, asegúrate de que el botón diga “¡Descárgalo aquí!”, o si quieres que añadan algo a su carrito de compras, literalmente pon un botón que diga “Añadir al carrito de compras”.
Todo llamado a la acción (CTA) debe ser claro y conciso. No hagas calls-to-action ambiguos o con múltiples propósitos: cada uno debe tener un objetivo claro con una oferta relevante y llevar a una landing page específicamente diseñada para ello.
Olvidar información básica
Muchas personas se olvidan de incluir avisos de privacidad, términos y condiciones de sus productos y, aunque no lo creas: información de contacto.
Toda esta información debe estar disponible en todas las páginas, de forma clara y a un clic de distancia. Los datos de contacto ideales incluyen una dirección física, un correo electrónico y un número telefónico como mínimo, además de enlaces a los perfiles en redes sociales. La convención actual es que esté en el pie de página, junto con otros datos importantes como la sección de preguntas frecuentes (FAQ), la de ayuda y un pequeño párrafo de quién eres y qué haces.
Blog, blog, blog
Tener un blog en tu sitio no es opción, sino requisito básico por varias razones. En primer lugar permite la actualización frecuente de contenido relevante. En segundo lugar es indispensable para el SEO. En tercer lugar es una forma eficiente de comunicar información valiosa y de ayuda para clientes potenciales, en lugar de solo tener ofertas con intención de venta.
De hecho, por cuestión de SEO, un blog suele ser el primer lugar al que llega la gente. Pocas personas escriben el dominio de una página que no acostumbren visitar. La mayoría encuentra nuevos sitios al buscar opciones en Google para solucionar algún problema o dificultad que tengan. Por ello tu blog es indispensable.
A grandes rasgos un sitio web es un proyecto sin fin que debe mantenerse relevante y ser el centro de toda la estrategia digital.